Asidero

Con Asidero, Daniel Téllez continúa en esa búsqueda infinita que es la poesía e intenta descifrar el mundo, el cuerpo, la lengua en su doble sentido: como órgano abierto a las sensaciones y como lenguaje, habla que se construye. Nuestro poeta asume la tarea del cabalista que descifra el entramado de la escritura del mundo para luego, a su vez, tejer su propia urdimbre, aquella que logra dar vida, crear a partir del arte combinatorio de las palabras.